En la búsqueda de soluciones a la crisis actual, nos topamos con ciertos límites, que son los límites y las fronteras de nuestra mente. Es necesario reflexionar sobre estos límites. La crisis se acelera y los actores sociales se polarizan: surgen formas oscurantistas, irracionales y violentas que compiten entre sí.
¿Cuáles son los límites, dónde están y cómo impiden que el ser humano crezca y evolucione? ¿Cuáles son sus orígenes? ¿Cómo se manifiestan? ¿Qué podemos hacer para superarlos? ¿Será acaso la concepción del Ser Humano lo que limita las posibilidades de crecimiento y desarrollo? Para encontrar "soluciones creativas" es necesario hacer un esfuerzo por superar los límites que nos impiden pensar con relativa libertad.
Los temas centrales que sugerimos a continuación, representan propuestas para ser consideradas e intercambiadas, se elaboran con la intención de obtener ideas e imágenes que puedan orientar el futuro del ser humano.
Los derechos humanos no tienen la validez universal que corresponde a su finalidad.
Los derechos humanos sufren los enfrentamientos de la violencia física, económica, racial, religiosa, sexual y psicológica o moral, entendiendo a ésta como una metodología de las diferentes formas de discriminación.
Y ahí están las guerras, la pobreza y la exclusión social, el racismo, la intolerancia religiosa, la desigualdad de género, la censura, la difamación y la coerción, como expresiones concretas de los atropellos cotidianos a los derechos humanos en todo el mundo.
Ante estos fenómenos, podría decirse que no existe un consenso universal en torno a estos derechos, a pesar de su aprobación en el seno de la ONU, o, al menos, que existen fuertes resistencias ideológicas y culturales a su implementación, así como intereses particulares que se oponen a ellos.
Sin embargo, es innegable que los derechos humanos, consagrados en documentos internacionales a partir de la segunda mitad del siglo XX, han jugado un papel importante en la humanización de las sociedades, contribuyendo al progreso del ser humano.
Y será así porque los derechos humanos traducen, aunque de manera imperfecta, una profunda aspiración del ser humano a la superación del dolor y el sufrimiento, mediante la ampliación de la libertad y la justicia social.
Esta aspiración, sintetizada en el ideal y práctica de la no violencia, tiene raíces en muchas culturas y no sólo en la occidental, en la que históricamente se forjaron los derechos humanos.
Además, comprender la interdependencia entre los derechos civiles y políticos, por un lado, y los derechos económicos, sociales y culturales, por el otro, permite superar las dialécticas ideológicas que plantean objeciones a unos y otros, ayudando a definir las obligaciones de las autoridades públicas en este ámbito.
Por tanto, trabajar por la universalización de los derechos humanos implica profundizar en estos dos temas, rescatando los aportes de las diferentes culturas en este sentido y adecuando el rol de las instituciones públicas en su protección y promoción.
Esta es la tarea que pretende emprender este simposio, que insta a la participación de todos aquellos que están comprometidos con el presente y el futuro de los derechos humanos.
En el contexto del IX Simposio del CMEH, dedicado a los límites que hay que superar para salir de la crisis sin precedentes que nos afecta, la erradicación de la violencia es obviamente uno de los temas en juego.
La persistencia de los poderes políticos y económicos en utilizar la violencia como medio para mantener o extender su hegemonía y la generalización de la violencia como base de expresión de la existencia humana, encierran a la humanidad en patrones destructivos, pusilánimes y sin salida.
A pesar de estas condiciones alarmantes, se observa en todo el mundo y en todos los ámbitos una tendencia hacia un profundo cambio basado en valores decididamente no violentos. Ya sea en la economía, la tecnología, la educación, el medio ambiente, las humanidades, las investigaciones espirituales y otros sectores, la cuestión de los límites impuestos por el sistema de la sociedad actual está en el centro de las preocupaciones.
Las investigaciones e iniciativas, aún fragmentadas y a menudo experimentales, se multiplican exponencialmente. Una conciencia individual y colectiva está nutriendo esta fuerte intención de pasar a otra historia y poner fin a la violencia.
Este 9º Simposio del CMEH será una oportunidad para examinar y estimular esta esperanzadora tendencia.
La evidente crisis civilizatoria que atraviesa la humanidad y la realidad del cambio climático colocan a la especie humana ante límites ecológicos que de ser sobrepasados continuarán perturbando seriamente las condiciones de vida en todo el planeta, lo que sin lugar a dudas amerita una profunda reflexión y acción para encarar el futuro.
El último volumen del 6º Informe de Evaluación publicado por el IPCC denominado “Impactos, Adaptación y Vulnerabilidad” afirma que los impactos climáticos previstos serán mucho más severos que los que se calculaban.[^1] Dichos impactos ya están causando estragos en nuestro planeta y en la gente sequías, “…calor abrasador, destrucción de ecosistemas, tormentas más fuertes e inundaciones masivas, extinción de especies… Nuestro planeta está en peligro, y está siendo empujado a sus límites, y a veces más allá, y las personas y los ecosistemas más vulnerables son los que más sufren.”[^2]
¿Qué posibilidades tenemos frente a esta situación?
Vivimos en la creencia del crecimiento económico, del consumo sin límites, pero la tierra tiene ecológicamente una capacidad de carga determinada, es decir por sobre dicho límite el ecosistema terrestre como lo conocemos colapsará como lo vienen advirtiendo los científicos, pero el sistema establecido parece ignorarlo o pasar por alto dichas advertencias.
Por otro lado, desde el sentido común de gran parte de la población se tiene la creencia de que los científicos se encargarán de arreglar las cosas y que mientras tanto solo nos toca vivir el día a día procurando atender nuestros proyectos y a nuestra familia.
Lo interesante es que en paralelo desde la iniciativa de mucha gente hace algunos años se vienen produciendo profundas reflexiones y acciones orientadas a repensar el rol de la especie humana en el sistema ecosocial en la búsqueda de armonizar la relación que tenemos con el medio ecológico del cual formamos parte.
Nos interesa en este noveno Simposio reflexionar sobre los límites ecológicos y los límites de las creencias que nos vienen llevando en automático al colapso climático; así como sobre cómo desde distintas orientaciones se van produciendo salidas a la crisis climática y ecológica con iniciativas que rompen los límites de las creencias establecidas y que van dando surgimiento a nuevas formas de encarar la relación ser humano – naturaleza.
[^1]: Ver https://unfccc.int/news/climate-change-affects-us-more-severely-than-previously-thought
[^2]: Comentarios del Dr. Stephen Cornelius, líder global de WWF para el IPCC luego de la presentación del último Reporte del IPCC del 27-02-2022, https://climatenetwork.org/2022/02/28/new-ipcc-report-paints-harsh-reality-of-unavoidable-climate-impacts-and-loss-and-damage/
La dimensión de la crisis actual pone en evidencia que el sistema económico vigente - basado en un modelo productivista y consumista dependiente de la dominación del gran capital financiero internacional - no funciona; que está llevando al límite del punto de no retorno al ecosistema terrestre que sustenta la vida; que se rige por el valor del dinero; que se sienta en el paradigma que otorga al capital el poder de decisión sobre la dirección del beneficio, mientras que al trabajador le corresponde únicamente el salario; que tiene una matriz distributiva sesgada del capital y que lleva a la usura, la especulación y a la generación de renta parasitaria, es decir, no productiva; y que agudiza cada vez más la injusta distribución de la riqueza (del 1% más rico frente a la gran mayoría de la población).
La situación actual se presenta como resultado de un largo proceso histórico en el que el capital se concentra cada vez más en manos de la banca. Este proceso se encamina hacia una saturación del sistema que está desencadenando una sucesión de varias crisis de carácter global.
La concentración del capital en manos de la banca ahora no solo es capaz de dominar los intereses de los estados nacionales sino que también trata de dominar la subjetividad gracias al control de los medios de comunicación e información.
Sin embargo, hoy también, una sensibilidad con una matriz comunitaria y sostenible emerge de muchos sectores, personas que están aprendiendo a revalorar el trabajo en equipo, jóvenes que intentan estilos de vida alternativos, pensadores que hablan de la economía del bienestar; organizaciones que comienzan a preocuparse con el desarrollo del potencial humano de sus trabajadores.
Etimológicamente la palabra economía significa “administrar la casa”; inspirados en el significado original de la misma y en el marco del Noveno Simposio te invitamos a traspasar las barreras de las “leyes” que rigen la economía y a repensar el futuro de la administración de la casa común en dirección evolutiva y armónica con el ecosistema que sustenta la vida.
Ante esta situación, será interesante observar cómo se podrán entrelazar diversas propuestas económicas que incluyan las dimensiones del bienestar humano, la justa relación entre capital y trabajo, la superación de la crisis climática, la cooperación internacional, etc., apuntando a conformar un nuevo modelo económico y social conforme a las aspiraciones más profundas del ser humano.
La cuestión de género está traspasando nuestras fronteras del pensar. Hoy en día el tema de género plantea no sólo la diversidad sexual, sino que incluye también la identidad, la relación entre coetáneos y con otras generaciones, la relación con el mundo, la interpretación de la realidad, etc.
En paralelo cada vez resulta más evidente para la sociedad que la violencia hacia las mujeres es un hecho histórico innegable a lo largo de siglos; cuestión que según vienen denunciando las corrientes feministas responde a la estructura patriarcal de la sociedad actual. Vemos igualmente una mayor sensibilidad en la sociedad por la lucha de las mujeres en la reivindicación de sus derechos, el pleno reconocimiento de las mujeres en su aporte a la humanidad, la desnaturalización y superación de las violencias.
La libertad, la intencionalidad y su acción transformadora personal, social e histórica caracterizan a las personas, y es en este contexto que nos interesa poner en la mesa la expresión de las nuevas formas de comprender la cuestión de género y los feminismos.
¿Cómo abordar la cuestión de género en un mundo polarizado en el cual se pretende desconocer los derechos de las minorías LGTBIQ+? ¿Qué es lo que ha generado la discriminación y la violencia hacia las mujeres y frente a las otras diversidades? ¿Qué es lo que les da sustento y fuerza a los movimientos feministas y de las diversidades en la actualidad? ¿Cuáles son las imágenes que habilitan la transformación social hacia una sociedad no violenta y no discriminatoria?
Partimos de afirmar que la salud es un derecho humano fundamental y se debe garantizar el acceso de todas las personas, sin ningún tipo de discriminación, a una atención integral, de calidad y oportuna, según necesidad y respetando las creencias y elecciones de cada persona.
Esta atención puede brindarse desde diferentes miradas, concepciones e intervenciones, elegidas libremente por las personas, requiriendo que estas terapéuticas sean efectivas y no produzcan más daño que el que intentan reparar.
Además de la medicina convencional, existen otras modalidades como las medicinas tradicionales y las terapias alternativas y complementarias, que han mostrado su valor terapéutico a lo largo del tiempo y que están cada vez más difundidas por el creciente avance de los medios de comunicación y la migración poblacional.
La población requiere que los sistemas de atención den cobertura efectiva a sus necesidades y expectativas, lo que implica un permanente ajuste en las respuestas que se dan tanto en cantidad de población cubierta, como en el tipo de servicios ofrecidos.
En ese sentido, el enfoque de atención por especialidad de la medicina convencional, ha profundizado el conocimiento de las enfermedades que afectan a las comunidades, pero también ha multiplicado la necesidad de los recursos necesarios, haciendo que la mejor atención posible llegue solo a unos pocos que pueden pagarla.
Al respecto se ha desarrollado una tecnología y aparatología que junto a la industria farmacéutica hacen de la salud un mercado cada vez más importante y costoso.
A su vez, actualmente la atención se debate entre ser un bien de mercado más, o una política social que garantice la Cobertura Universal en Equidad. También se observa que las políticas sanitarias están más orientadas a garantizar la capacidad productiva que la efectiva salud de la población. Si observamos las tendencias actuales, podemos ver que la población mundial a mediados del siglo pasado era de 2500 millones de habitantes y hoy supera los 8000.
También se ha modificado la esperanza de vida que a comienzos del siglo pasado era de alrededor de 40 años, siendo que actualmente cada vez más países tienden a superar los 80 años.
A su vez se observa una modificación en el perfil epidemiológico donde tradicionalmente prevalecían las enfermedades agudas e infecto contagiosas y ahora vemos un perfil donde priman las enfermedades crónico degenerativas.
Por otro lado, los conflictos sociales se expresan con creciente violencia y las relaciones sociales tienden al aislamiento deteriorando la salud mental. Además, debemos considerar que la degradación del medio ambiente por acción de la explotación descontrolada promete nuevos problemas de salud dados por los cambios climáticos y la contaminación ambiental.
Si estas tendencias continúan nos encaminamos a una situación donde la atención sanitaria será para los pocos que puedan pagarla, dejando a la mayoría de las personas sin atención adecuada y en un medio natural y social crecientemente adverso.
Entonces. ¿Qué propuestas pueden dar respuesta a este futuro que se avecina? ¿Cómo integrar en una efectiva atención sanitaria a toda la población, considerando de modo integral los aspectos físicos, psicológicos y espirituales, superando la actual fragmentación? Eso es lo que queremos debatir en este próximo simposio.
Es evidente la situación de crisis que atraviesa la humanidad en el momento actual. Todos los ámbitos de acción y pensamiento se ven afectados por ésta, por lo cual la educación no está exenta.
La escuela, desde hace siglos, ha sido el lugar donde las nuevas generaciones se encuentran con las generaciones anteriores para traspasar, construir y valorar los conocimientos culturales obtenidos hasta el momento.
Las respuestas construidas y por construir frente a esta crisis se ven frenadas, muchas veces, por los límites de un pragmatismo a corto plazo. Actuamos con la sensación de vivir en un continuo estado de emergencia de cuestiones educativas que se resuelven desde un emplazamiento de “parche de errores”. La pandemia ha extrapolado estas cuestiones que ya presentan casi un siglo de historia en los territorios latinoamericanos y europeos.
A su vez, asumimos que el sustrato de creencias básicas de la época en nuestro ámbito específico tiene que ver sólo con la configuración de que lo mejor para el ser humano es su desarrollo en el entorno económico y social; como fue propuesto desde el siglo XVIII, materializada en la idea de “educar al ciudadano”; o también, desde el siglo XX, con el propósito de construir la mano de obra del Mercado.
Consideramos que, paradójicamente, por un lado, necesitamos referencias que guíen nuestra acción en el mundo. Pero, por otro lado, las referencias tradicionales se nos presentan como inadecuadas y asfixiantes. considerando a la educación una y otra vez un ámbito caduco, antiguo y obsoleto en muchos aspectos.
El problema de la homogeneización que propone el sistema cerrado de la globalización en el que estamos plantea la desaparición de los rasgos riquísimos de la diversidad real de las distintas comunidades y grupos humanos.
Es imperativo configurar una nueva imagen de la educación. El humanista y la pedagogía humanista pueden dar respuesta superadora a estas críticas al ámbito específico y a la sociedad. No hay acción humana que no venga precedida por una idea o una imágen de aquello que se desea hacer, o de lo que se desea lograr con determinada acción. Así, toda idea, toda imagen de futuro, toda propuesta de cambio, surgen primero en el ámbito de la conciencia individual. Los innovadores en las distintas ramas de la ciencia han sido aquellos que pudieron saltar sobre las creencias de su época.
Necesitamos desarrollar pedagogías que superen el pensamiento binario (que solo incluye opuestos como por ejemplo cuerpo-alma, amigo-enemigo, etc.) por un pensamiento más amplio y profundo que incluya la diversidad, al que llamamos visión triple de la realidad. Para así, llevar al estudiante al cuestionamiento de sus intereses, de sus puntos de vista, que posibiliten la comprensión de las diferencias y sus relaciones.
Precisamos pedagogías que superen el autoritarismo disfrazado o evidente y lo reemplacen por el respeto a la decisión del estudiante como valor central.
Necesitamos visibilizar los proyectos que muchos humanistas, y muchas personas con sentido humanista, están llevando a cabo en todas latitudes a partir del cambio del pensar en el ser humano.
Nuestros propósitos son contribuir a generar nuevas propuestas superadoras del contexto de la crisis en la educación; visibilizar las respuestas posibles y concretas que reconfiguran la imagen del ser humano que se construye desde la perspectiva humanista, y reconocer las prácticas existentes.
¿Qué es la conciencia? En principio, algo que sólo puede experimentar aquel que la posee. No se puede "ver" desde "afuera". Una manera de preguntar por la conciencia que puede haber en un "objeto" determinado sería preguntar "Hola!, ¿hay alguien allí?". Esto pretende mostrar que la conciencia es lo que nos permite definirnos como "alguien", como una "persona". La conciencia es entonces lo esencial de nuestra existencia. Literalmente, sin nuestra conciencia no existiríamos. Nosotros somos, por encima de todo, portadores de conciencia. Naturalmente, esto no es más que un punto de vista…
Lo anterior incluye descripciones e interpretaciones que derivan del modo en que los humanos experimentamos eso que llamamos "conciencia", pero si ahora consideramos a la conciencia como aquello que permite a los seres vivientes orientarse y prosperar en su entorno, la definición debería extenderse a todas las formas de vida. En todos los casos, siempre veremos a la conciencia en una relación estructural con el mundo.
También podría definirse a la conciencia como "el aparato, mecanismo o ámbito que relaciona las sensaciones provenientes de los sentidos con los datos de la memoria, para poder efectuar actos de aprendizaje o reconocimiento sobre los objetos que constituyen el mundo". En este caso estaríamos hablando desde una perspectiva biológica, funcional o informática.
Hegel escribió un libro que lleva por subtítulo "Ciencia de la experiencia de la conciencia", y Chalmers se refiere al tema diciendo que se trata de un "problema difícil". Son numerosos los puntos de vista desde los cuales se puede intentar una aproximación a este elusivo objeto de estudio, pero en este eje temático abordaremos el tema desde una perspectiva que afirma que la conciencia ha sido históricamente y es hoy, el factor fundamental de la vida humana, y que su evolución y desarrollo son requisitos esenciales para la superación de la encrucijada en que hoy nos encontramos.
Toda posibilidad de un cambio real en las condiciones físicas y sociales en que vive la humanidad descansa en la posibilidad de producir un crecimiento en el nivel de conciencia. Crecimiento que tiene que ver sobre todo, con capacidad de comprensión, y con una sensibilidad que permita considerar la situación en que viven otros seres humanos en este mundo.
Con "capacidad de comprensión" queremos decir disponibilidad de información, capacidad de relación y tal vez una "mirada" que intuye o sospecha la existencia de una intención evolutiva universal. Una intención que establecería condiciones para el surgimiento y el desarrollo de la vida, la conciencia y la inteligencia como partes esenciales del Plan Universal. Desde esta perspectiva, toda conciencia en crecimiento se orientaría seguramente hacia la protección y el cuidado de las diversas formas de la vida. Pero es claro que existen otras "miradas". El intercambio de puntos de vista es la "razón de ser" de este Simposio.
Consecuentemente con lo dicho, invitamos a la presentación de ponencias que promuevan el esclarecimiento sobre la conciencia, su funcionamiento y sus posibilidades evolutivas. Tal vez lo más importante sería encontrar formas de promover el crecimiento de la sensibilidad y la conciencia en amplios sectores de la población. Si tal cosa fuese posible, habrá observadores en el futuro que podrán intercambiar sobre cómo fue que los humanos lograron superar la singular crisis del siglo XXI.
Desde los albores de la historia de la humanidad, el ser humano ha tenido que enfrentarse a lo que puede definirse como el límite por excelencia: la muerte.
La ciencia, la tecnología, la filosofía y las religiones han luchado y siguen luchando contra lo que parece ser un límite aparentemente insuperable. Es cierto que se ha avanzado considerablemente en el tratamiento de muchas enfermedades que solían acarrear una muerte prematura, pero inexorablemente ésta sigue presentándose para todos los seres humanos, sin excluir a nadie.
Algunos desarrollos tecnológicos también abren la posibilidad de trascender la muerte al plantear la hipótesis de la transferencia de la conciencia a medios extracorpóreos pero, más allá de que esta posibilidad pueda realmente materializarse en el futuro, el gran tema del sentido de la vida frente al límite que representa la muerte sigue vigente.
Sin embargo, algo nuevo parece emerger en la realidad más íntima del ser humano. Una nueva espiritualidad que va más allá de los límites del ritualismo de las grandes religiones y se manifiesta en ámbitos que se creían totalmente ajenos o refractarios a la dimensión religiosa. La nueva espiritualidad se manifiesta en nuevas formas imbuidas de tecnología, informática y viajes espaciales. Una nueva búsqueda hacia una dimensión trascendental de la existencia comienza a abrirse camino hacia la condición de total desorientación en que se encuentra el ser humano.
¿Será capaz esta nueva espiritualidad de sugerir un nuevo concepto de emancipación de la muerte? ¿Qué idea de trascendencia se abrirá paso en el corazón del ser humano?
El mundo está en crisis, sin embargo, se registran acciones superadoras que, impulsadas por los pueblos, traspasan fronteras. Al mismo tiempo, las fuerzas todavía dominantes, responsables de los graves problemas sociales y ambientales actuales, buscan sostener discursos que desaceleran los procesos de cambio y profundizan los conflictos, muchas veces revirtiendo importantes logros de los conjuntos sociales.
¿Cómo romper los determinismos que provocan esos discursos corporativos? ¿Cómo ganar libertad haciendo uso de medios de comunicación comunitarios y alternativos? ¿Cómo ampliar el alcance de sus contenidos?
Si internet es una oportunidad en ese sentido, ¿puede también poner en riesgo los derechos de las personas? Teniendo presente que sólo hay comunidad si existe comunicación, ¿cómo fortalecer esa comunicación divulgando historias locales inspiradoras, como herramienta para la transformación del mundo y para mejorar el vínculo entre las personas? ¿Qué papel tiene el arte como canal para reflexiones y diálogos sobre los problemas actuales y sobre el futuro que anhelamos?
Por distintas regiones del mundo pueblos enteros fueron arrasados por invasores que los convirtieron a la esclavitud y por medio de la invasion territorial y el saqueo material, quedaron franjas poblacionales completas sumergidas en la pobreza hasta el presente.
Pero no satisfechos con este tipo de holocausto, se intentó suprimir la Cosmogonía de estos pueblos Ancestrales con distintas campañas de “Extirpación de Idolatrías”, como en el caso de América.
Esta historia nos muestra la violencia y deshumanización de los aspectos “Colonizadores”, donde los “Naturales”, están bajo una mirada “Darwinista”, trasladando una mirada Naturalista al campo social.
Esta suma de procedimientos de los Imperios a nivel mundial, nos hace reflexionar sobre el trabajo que nos toca hoy por parte de las nuevas generaciones de estudiar y difundir cuales son los aspectos de la “Descolonización”.
Hoy en el camino forzoso hacia una síntesis de culturas, sin el respeto por la diversidad, es urgente tomar posturas nuevas, nuevos retos que tiendan a la creación de redes. Redes de los colectivos afectados por estas políticas sociales.
Es el momento de pensar en la importancia que tuvieron en otras épocas las miradas que priorizan lo interno sobre lo externo, equilibrando la acción en el mundo y que esa moral, se plasmaba en una ética de la conducta.
Es necesario poder saltar sobre la mirada de un mundo que ya no existe, el modelo centralista, capitalista, cerrado, donde no se da la posibilidad de superación a las grandes y pequeñas poblaciones humanas. La descolonización es primero mental, y luego en el mundo, objetal.
En este eje veremos estos temas, del ¿Cómo?, encontrar esa unión entre redes y grupos de Descendientes y Movimientos de Descolonización, teniendo en cuenta los aspectos intangibles como referencias espirituales y que a la luz del conocimiento actual, fortalecen y vigorizan este proyecto, dotándolo de un sentido más profundo, aparte de las reivindicaciones necesarias de tierra, paz, Derechos y oportunidades iguales.
Se propone cambiar estas condiciones en forma conjunta, entre equipos de diversos países, problemas comunes. Problemas de participación democrática, de ejercicio de los mismos derechos y de hacer crecer esa antigua espiritualidad perdida en los últimos años de industrialización deshumanizadora, a la luz de los nuevos aportes.
Invitamos a todos aquellos que saben que el conocimiento ancestral les da fuerza interna y que hay una cultura materialista que está perdida. Proponemos avanzar más allá de las fronteras del pensamiento, para comenzar a implementar nuevos paradigmas.
Eduardo Suetta, Carlos Guajardo, Olivier Flumian, Daniel Robaldo